
Ahorrar calefacción en casa es la pregunta que llega unida a la llegada del frío. Muchas personas no conocen todavía cuál es la temperatura ideal o de confort en casa durante el invierno para disfrutar de un ambiente agradable en el hogar sin un consumo excesivo.
A priori, conseguir dicha temperatura ideal puede depender de diferentes factores, entre ellos, el tipo de vivienda y su distribución, el número de habitantes de la casa, el sistema de calefacción instalado, el aislamiento del edificio o la zona geográfica.
Sin embargo, independientemente de las circunstancias, existe un concepto que nos ayudará a saber cuál es la temperatura ideal para disfrutar de un invierno confortable en casa: la temperatura de confort.
¿Qué es la temperatura de confort?
Podemos definir la temperatura de confort como aquella en la que no experimentamos sensación de frío ni de calor y que, por tanto, nos aporta mayor bienestar cuando estamos en casa. Aunque cada persona es un mundo generalmente la temperatura ideal está entre los 21ºC y los 23ºC para estar en casa, tanto en invierno como verano, por tanto es la temperatura recomendada para calefacción o aire acondicionado.
¿De qué depende esta temperatura para ahorrar en casa?
La temperatura de confort o el estado de confort térmico puede variar en función del tipo de actividad que realizamos, de la ropa que llevamos o de la sensación térmica de cada persona. En el caso de las viviendas, que es lo que nos ocupa, la temperatura de confort está condicionada por dos variables:
- la temperatura del exterior
- la humedad relativa
La temperatura exterior afecta, entre otros aspectos de nuestra vida, a cómo nos vestimos. Lo ideal es que la temperatura de la calefacción en el hogar nos permita ir en casa de la misma manera a cómo lo hacemos en la calle, excepto por el abrigo y otros elementos accesorios (guantes, bufanda, gorro…). Es decir, que en invierno estemos en manga larga en casa sin pasar ni frío ni calor.
Otro aspecto que repercute en la temperatura de confort es la humedad relativa, que es la relación entre la cantidad de vapor de agua que tiene una masa de aire y la capacidad máxima que podría albergar. El concepto “humedad relativa” está relacionado con nuestra sensación térmica, ya que, a mayor humedad, mayor será la sensación de frío. En este sentido, la temperatura de confort puede ser diferente en climas secos y en climas húmedos.
Temperatura ideal para ahorrar calefacción en casa
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la temperatura de confort térmico en un ambiente sombreado y de actividad «pasiva» (es decir, cuando estamos en casa sin realizar ninguna actividad) está entre los 21°C y los 23°C. Pero ¿se recomienda esta temperatura tanto en invierno como en verano? Si. De hecho, al igual que en verano se desaconseja que el aire acondicionado esté por debajo de los 20°C, durante el invierno, si la temperatura del hogar supera los 23°C, el ambiente puede resecarse, estaremos más incómodos y el gasto de energía (y de dinero) para calentar la vivienda será mucho más elevado.
Otras entidades, como el Departamento de Salud de Nueva York, recomiendan un rango más amplio para establecer la temperatura ideal de las viviendas en invierno (18°C-24°C), con un mínimo de 20°C en casas donde viven niños, mayores o personas con problemas de salud.
Por otra parte, la temperatura ideal de una casa en invierno no será igual por el día que por la noche. Según el IDAE, la temperatura perfecta es de 21-23°C durante el día, mientras que por la noche o cuando la casa está vacía puede descender hasta los 17°C. En viviendas con bebés o niños pequeños y en zonas de montaña o especialmente frías puede ser recomendable aumentar esta temperatura un grado (22-24 °C por el día y 18-20°C por la noche).
En todos los casos, estos valores de temperatura de confort se ajustan a una humedad relativa del 40-50%. Cuando la humedad es inferior (por debajo del 20%), la excesiva sequedad aumenta el riesgo de infecciones respiratorias y si es muy elevada (sobre el 80%) el ambiente puede convertirse en “caldo de cultivo” para ácaros y hongos que ponen en riesgo nuestra salud.
Puesto que hablamos de un tema hasta cierto punto “subjetivo”, para tener más información sobre cuál es la mejor temperatura para el hogar puedes consultar «The Bioclimatic Chart». Esta carta bioclimática desarrollada en los años 70 fue pionera en su campo y clave para definir el concepto de confort térmico. Se realizó gracias a un estudio de la temperatura, la humedad, el viento, la evaporación y la radicación en diferentes zonas del planeta.
Por otra parte, la Norma 55 de ASHRA da a conocer una serie de criterios destinados a garantizar la confortabilidad del hogar, sin olvidar el respeto a la sostenibilidad de los edificios. La norma recopila las condiciones de deben darse para que los habitantes de una vivienda disfruten de la mayor confortabilidad térmica, consumiendo el mínimo de energía. (ESTANDARD ASHRAE 55-2013 – Thermal Environmental Conditions for Human Occupancy)
Cómo mantener la temperatura idónea en nuestro hogar
Los actuales sistemas de calefacción para el hogar disponen de tecnología y componentes para controlar la temperatura y reducir su consumo energético. Esta cuestión es importante, ya que una diferencia de un 1 grado puede reducir/aumentar entre un 10% y un 20% el consumo energético de la calefacción en el hogar.
Los termostatos permiten seleccionar la temperatura grado a grado, e incluso encender y apagar el sistema de calefacción cuando lo deseamos. Los modelos digitales, además, son programables y gracias a ellos es posible indicar varias temperaturas para las distintas franjas horarias, adaptándose así a las necesidades de uso de la calefacción en el hogar. Algunos termostatos incluso permiten programar la temperatura en cada habitación, algo muy útil para invertir menos recursos en las estancias en las que apenas pasamos tiempo.
Lo ideal es programar la calefacción a diferentes temperaturas por el día y por la noche, y optar por una temperatura de mantenimiento cuando no estamos en casa. ¿Cuál es el motivo? Si apagamos el sistema, la casa puede enfriarse y la calefacción tendrá que trabajar mucho para arrancar y llegar de nuevo a la temperatura óptima, con el gasto energético extra que esto supone.
Otra opción para mantener la temperatura es colocar válvulas termostáticas en los radiadores. Estos dispositivos ajustan automáticamente y de manera independiente la temperatura de cada radiador. Así, en la cocina, donde hay más fuentes de calor, la temperatura puede ser más baja y en el baño, donde nos duchamos y aseamos, más alta.
Por último, para mantener la temperatura ideal en el hogar es importante que nuestra vivienda esté bien aislada. Evitar corrientes de aire, controlar que ventanas y puertas cierran bien, elegir un sistema de calefacción óptimo, aprovechar la luz natural durante el día, etc. Parecen gestos sencillos, pero, gracias a ellos podemos ahorrar entre un 20% y un 40% en calefacción.
Para terminar, recuerda que disfrutar del confort en la vivienda está muy relacionado con el sistema de calefacción que elijamos. ¿Buscas un sistema de calefacción para tu hogar eficiente y con el que puedas controlar la temperatura de tu casa grado a grado?
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